Autor: José Gustavo Mejía
Doncello tu cuna fue la selva
Que te arrullo con tu trino sin igual
Sus aromas los montes conservan
Perfumando el alma nacional (bis)
I
Doncello perla preciosa,
Engastada en dos hilos de plata
En el seno de tu suelo reposa,
los pioneros que de ti hicieron patria.
Al pie de las cumbres duermes,
Te cobijan montañas agrestes
Amorosas te abrazan las aguas
Que murmuran tu nombre siempre;
II
Tierra noble como mar en calma,
A donde un día el colono llego
Abriendo brecha a golpes de hacha,
La simiente pronto germino.
Tu horizonte se incendia orgulloso,
Nadie se atreve a tu luz turbar.
En nuestro pecho llevamos honrosos
Tu grandeza, tu amor y tu paz.
III
Entonemos con fe y alegría,
Este himno de paz y de amor
Heredemos la humilde hidalguía
De nuestro pueblo y su pabellón,
Que cual céfiro mueve sus alas
Saludando su bóveda azul;
Que cobijan tus ríos, montañas
Cual alfombra de cándido Tul.
IV
Recordemos a los emigrantes,
Que un día dejaron su tierra natal.
Fue su esperanza único equipaje,
Para formar esta gran hermandad;
Humildes hombres te colonizaron,
Pensando siempre en un mundo mejor;
Machete al cinto cual raudo centauros,
La manigua domaron con coraje y tesón.
V
Celebremos con júbilo y gozo,
Las efemérides de nuestra región;
Escribamos en letra de oro
Ese nombre que te inmortalizo;
Doncello, Doncello, Doncello,
Es el título que un árbol te dio;
Pasa el tiempo y tu abolengo,
En el alma de un pueblo por siempre quedo.
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